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Jardín de infancia

Jardín de infancia

En medio de la complejidad y diversidad del mundo de hoy , el jardín de infancia cobra un enorme sentido por sus características de morada y hogar para el niño. Es rítmico, se sabe exactamente lo que va a pasar. Todo lo que esta dispuesto en el entorno del niño es una propuesta que lo impulsa, acompaña y guía.

El jardín de infancia del COLEGIO WALDORF LUIS HORACIO GOMEZ acoge a niños entre 2 y medio años y hasta los 6 años y medio, en un espacio físico, construido bajo principios arquitectónicos acordes a las necesidades y características de la primera infancia.

Está rodeado de naturaleza y entre árboles, plantas y flores ofrecemos un cobijo cálido y fresco para el niño. Este espacio lo invita al libre movimiento. Las aulas son lugares amplios, abiertos y aireados, donde el pequeño encuentra juguetes elaborados a mano, con materiales naturales, que dan a su imaginación, el alimento necesario para el sano despliegue de la facultad de imitación. Mantas, semillas, troncos, maderos, conchas, muñecas, animales tejidos.

 

Todo esto dispuesto para invitar al niño a la actividad más seria de la infancia, el juego libre. El contacto con este tipo de materiales le permite un sano desarrollo en un ambiente en donde se apela a lo sencillo y esencial.

La vivencia del ritmo en el primer septenio es fuente de vitalidad, seguridad y orden. Estructura la corriente del tiempo, ofrece oportunidad de movimiento físico, enérgico y gozo así como experiencias de introspección y de atenta escucha. El ritmo del jardín se da entre actividades de movimiento, artísticas, hogareñas, juego, literatura y exploración del medio, también de las vivencias de festividades anuales, brindándole al niño la confianza y seguridad en su entorno y en las personas que le rodean. Durante la semana los niños tienen rondas en ingles y gestos eurítmicos.

La alimentación ofrecida en el jardín de infancia Waldorf, se basa en las propiedades y valores nutricionales que se encuentran en las frutas y cereales, ya que estos aportan los cimientos necesarios para un óptimo desarrollo del niño y la maduración de los órganos. Cuidando que su proceso metabólico se de de manera ordenada y cíclica. Todo es preparado en cada salón logrando que los niños se vinculen con alegría en el hacer con sentido quedando impregnando el ser del pequeño.

Perfil de la Maestra Jardinera

La maestra jardinera es imagen de dinamismo interno, convive a través de sus acciones con el niño imprimiendo en el quehacer todo lo ético y moral que se teje en lo invisible del vinculo. Cada maestra estudia a profundidad el fundamento, es una tarea permanente cuyo desafío es el interés en autoeducarse para el florecimiento del niño.

 

El niño se encuentra con el color en su forma mas pura.

El amarillo, azul y rojo son el principio del descubrimiento de muchos colores que comienzan aparecer en su hoja blanca y húmeda.

 

La fiesta de los colores que llena la hoja lo maravilla dejándose llevar por el vaivén del pincel.

 

“Quiero que seas libre. Te protejo y te acompaño y te brindo el espacio y protejo los limites hasta tanto tu mismo puedas hacer uso de tu propia libre voluntad”

 

El ejemplo del adulto guía al niño. Por lo tanto la coherencia, la alegría y pasión por lo que se hace se convierten en referentes para la imitación. De esta forma se da la resonancia entre hijo y padres, entre maestro y alumnos. El guía crea un espacio para la voluntad del niño, a este espacio lo podemos llamar “morada anímica”.

 

“El niño requiere y anhela tener ritmo. Su organismo quiere alimentarse a la misma hora, dormir y despertar al mismo tiempo.

Entre mas rítmicamente fluya la vida de un pequeño a este respecto mas sano será”

En medio de la complejidad y diversidad del mundo de hoy , el jardín de infancia cobra un enorme sentido por sus características de morada y hogar para el niño. Es rítmico, se sabe exactamente lo que va a pasar. Todo lo que esta dispuesto en el entorno del niño es una propuesta que lo impulsa, acompaña y guía.

El jardín de infancia del COLEGIO WALDORF LUIS HORACIO GOMEZ acoge a niños entre 2 y medio años y hasta los 6 años y medio, en un espacio físico, construido bajo principios arquitectónicos acordes a las necesidades y características de la primera infancia.

Está rodeado de naturaleza y entre árboles, plantas y flores ofrecemos un cobijo cálido y fresco para el niño. Este espacio lo invita al libre movimiento. Las aulas son lugares amplios, abiertos y aireados, donde el pequeño encuentra juguetes elaborados a mano, con materiales naturales, que dan a su imaginación, el alimento necesario para el sano despliegue de la facultad de imitación. Mantas, semillas, troncos, maderos, conchas, muñecas, animales tejidos.

Todo esto dispuesto para invitar al niño a la actividad más seria de la infancia, el juego libre. El contacto con este tipo de materiales le permite un sano desarrollo en un ambiente en donde se apela a lo sencillo y esencial.

La vivencia del ritmo en el primer septenio es fuente de vitalidad, seguridad y orden. Estructura la corriente del tiempo, ofrece oportunidad de movimiento físico, enérgico y gozo así como experiencias de introspección y de atenta escucha. El ritmo del jardín se da entre actividades de movimiento, artísticas, hogareñas, juego, literatura y exploración del medio, también de las vivencias de festividades anuales, brindándole al niño la confianza y seguridad en su entorno y en las personas que le rodean. Durante la semana los niños tienen rondas en ingles y gestos eurítmicos.

La alimentación ofrecida en el jardín de infancia Waldorf, se basa en las propiedades y valores nutricionales que se encuentran en las frutas y cereales, ya que estos aportan los cimientos necesarios para un óptimo desarrollo del niño y la maduración de los órganos. Cuidando que su proceso metabólico se de de manera ordenada y cíclica. Todo es preparado en cada salón logrando que los niños se vinculen con alegría en el hacer con sentido quedando impregnando el ser del pequeño.

Perfil de la Maestra Jardinera

La maestra jardinera es imagen de dinamismo interno, convive a través de sus acciones con el niño imprimiendo en el quehacer todo lo ético y moral que se teje en lo invisible del vinculo. Cada maestra estudia a profundidad el fundamento, es una tarea permanente cuyo desafío es el interés en autoeducarse para el florecimiento del niño.

El niño se encuentra con el color en su forma mas pura.

El amarillo, azul y rojo son el principio del descubrimiento de muchos colores que comienzan aparecer en su hoja blanca y húmeda.

La fiesta de los colores que llena la hoja lo maravilla dejándose llevar por el vaivén del pincel.

“Quiero que seas libre.

Te porto y te acompaño y te brindo el espacio y protejo los limites hasta tanto tu mismo puedas hacer uso de tu propia libre voluntad”

El ejemplo del adulto guía al niño. Por lo tanto la coherencia, la alegría y pasión por lo que se hace se convierten en referentes para la imitación. De esta forma se da la resonancia entre hijo y padres, entre maestro y alumnos. El guía crea un espacio para la voluntad del niño, a este espacio lo podemos llamar “morada anímica”.

“El niño requiere y anhela tener ritmo. Su organismo quiere alimentarse a la misma hora, dormir y despertar al mismo tiempo.

Entre mas rítmicamente fluya la vida de un pequeño a este respecto mas sano será”

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