Close

Secundaria

Conoce todo sobre la metodología Waldorf y nuestro colegio

La Pedagogía Waldorf concibe al hombre como una unidad indisoluble físico-anímico-espiritual y en este principio basa todo el que hacer educativo.

En el grado octavo, el joven ha llegado a un punto del desarrollo donde la vida interior del sentimiento puede adoptar formas extremas en la búsqueda de la independencia. Steiner describió una vez la vida emocional del joven, o la joven de 15 años, como algo similar a haber sido expelido del mundo espiritual. Eso implica distanciamiento radical del individuo, no solamente de sentirse inmerso en un mundo seguro lleno de certezas proporcionadas por la familia y por la inocencia infantil, sino también de todo aquello que el individuo a aprendido.

 

Se requiere entonces un equivalente anterior a volver a aprender a caminar, hablar y pensar.

La furiosa autoafirmación de la independencia emocional (no me digas lo que tengo que pensar, hacer o sentir), va acompañada de una dependencia casi infantil y una necesidad de consuelo emocional.

 

Pensar, sentir y querer, como actividades, a menudo se contraponen y contradicen. Esto puede manifestarse junto a una gran claridad de argumentación intelectual y a una total incapacidad de actuar consecuentemente con las ideas.

 

Por otra parte, hay una intensa voluntad de comprometerse en la vida que también requiere ideales fuertes como orientación. El estudiante de grado octavo busca y acepta claridad en las explicaciones, comprensión empática por parte de los adultos que le rodean y mucho humor con el corazón abierto, bálsamo que suaviza y hace soportable las inconsistencias de la vida.

Cuando el diario personal alcanza la cúspide, el joven de los 16 años ya ha trascendido su pubertad propiamente, y entra en la siguiente fase: La vida emotiva que busca su síntesis con el mundo. Con ello el diario adquiere un carácter distinto donde predomina lo artístico. El adolescente se hay adaptando a una nueva realidad, la búsqueda de síntesis puede sumergirse todavía más en lo profundo de su vida anímica, Para encontrar allí su realización final.

Actividades del pensar toman fuerza para seguir formando su individualidad y su juicio. La salida pedagógica de este grado es de agrimensura, pendientes, caudales, instrumentos de topografía y precisión son utilizados para alimentar el desarrollo del pensar. De esta manera transcurre el diario del joven del grado noveno.

OCTAVO

“La vida comienza a los 17 años”. Esa concepción popular para algunas culturas occidentales destaca claramente el hecho de que dicha edad marca un nuevo comienzo significativo. Si el interés del estudiante de octavo grado está dirigido intensamente hacia el exterior, hacia el mundo; si el interés del estudiante de noveno grado está fuertemente enfocado hacia adentro; el interés del estudiante de 10mo grado es una síntesis de las dos direcciones, en concreto, en su entendimiento, en la comprensión del mundo.

 

El joven a esta edad desea entender los principios interiores que determinan no solamente la vida interior y la configuración del ser humano, sino también los del mundo exterior más amplio. Se trata de encontrar el equilibrio entre interior y exterior.

“Este equilibrio es especialmente importante en la vida social, la conciencia social despierta con la habilidad de sentir empatía por los demás. Lo que antes había sido experimentado intensamente en el alma propia, puede ahora reconocerse en la de los otros, es la etapa del desarrollo del “Juicio Anímico Social”. Ahora comienzan a revelarse dimensiones más profundas de la vida.

 

El joven ha de encontrar una orientación interior entre lo aparente y la realidad, entre lo que se dice y lo que realmente quiere decirse. El individuo de 17 años ha de encontrar su camino propio, a hacer decisiones personales y vinculantes, a considerar todas las consecuencias de sus actos. Han de resolverse polaridades en la vida, y hay que encontrar una síntesis superior hacia una nueva unidad. Las elecciones que han de hacerse resaltan esta experiencia con características de la duda en esta edad. A través del plan de estudios, la cuestión de las polaridades reclama una implicación interior por parte del estudiante.

Al final del décimo grado los estudiantes deberían haber desarrollado experiencias para: Adquirir objetividad en sus sentimientos y aumentar así su capacidad para formar juicios de gusto, estilo y tacto social.

 

Introducir movilidad en su pensamiento, lo que va más allá de la causalidad lógica de su pensar en noveno grado y que ahora puede sintetizar y relacionar diferentes factores dentro de una visión global. Eso implica también ser capaces de pensar sobre fenómenos infinitos y no perceptibles con los sentidos.

 

Tener sentido de responsabilidad social dirigido por ellos mismos. Ser capaces de vincular e integrar fenómenos relacionados en una comprensión holística.

El joven de 18 años se hace las siguientes preguntas:


Cual es mi lugar en el mundo?.


Como puedo tener algún impacto en los asuntos sociales, económicos y técnicos?.

 

Él busca una visión global donde se puedan reconciliar dos formas opuestas cada vez más evidentes en este período de la vida, por un lado su fuerza individualizada e intereses personales y por el otro la conciencia global.

Se espera entonces que el currículo ayude a establecer conexiones significativas entre los mundos interior y exterior del joven en formación, a través de la ciencia, las humanidades y la práctica.

 

Otras preguntas que deben verse reflejadas en elementos muy concretos como la economía, la política y la ciencia, tanto en la vida personal como global son:

 

- Como afecta el mundo en mi vida y como puedo influir yo en él?.

 

- Soy un espectador o tengo una posición en el mundo?.


La escuela debe convertirse en un sitio donde el joven pueda encontrar y labrar su lugar en el mundo.

 

- El juicio individual se cultiva donde el joven puede encontrar su propio espacio de aprendizaje, no en solitario sino en colaboración con compañeros y maestros.

 


- Es un momento donde los estudiantes a partir de ellos mismos pueden devolver lo que han recibido de su educación, no hay nada peor para el grado 11 y para el desarrollo de la individualidad, que el hecho de que este año sea determinado por los deseos de padres y maestros, o de la sociedad en general.

 


- Esta etapa de culminación de la vida escolar, es una última oportunidad de permanecer generalista y universal, antes de ser atrapados por la especialización que representa la profesión y la universidad.

 


- El desafío que reclama el joven de 18 años es el equilibrio del trabajo independiente y la visión global que conecte los campos del conocimiento y la experiencia.

La presentación oral de los trabajos anuales para la escuela Waldorf, es la culminación de un proceso iniciado desde los primeros años de la escolaridad. Cada joven al llegar al 11vo grado y de acuerdo con su capacidad individual, aborda un tema con el propósito de dar respuesta a una pregunta que late en su interior; el trabajo anual además compromete una parte escrita y una experiencia práctica.

 

El objeto pedagógico general es que los alumnos experimenten su propia capacidad de trabajo, aprendan a planificar, organizar, confrontar sus ideas, asumir críticas y llegar a sus propias conclusiones, para finalmente compartir su vivencia con un público; este ejercicio contribuye a la maduración de su autoconfianza y autoconocimiento.
La comunidad es cada año invitada a acompañar esta especial vivencia de los jóvenes de nuestro colegio.

 

El Comité de Proyectos Anuales durante el presente año escolar (2016 – 2017) está conformado por los Maestros:
Luz Elena Marulanda, Claudia Fernanda Varón, Harold Bejarano, ViViana Patricia Muñoz, Katherine Rivera, Ismael Cortés Casanova y Carlos Casañas.

× Chat